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ERIKA

Así se llama mi nueva compañera de viajes. Viajes al otro lado, donde reina la imaginación y la intuición. En su interior duerme la sabiduría de un siglo y esto se nota al tocar cada una de sus teclas. Desprenden un sonido que penetra tu interior y llega al corazón. Como si de una guerrera se tratara. La verdad que lo es. Sobrevivió la guerra civil y cómo llegó a las manos de un abogado es un misterio. Luego trabajó con su sobrina en una farmacia y ahora le toca una vida más creativa conmigo. Eso espero 😉 ¡Qué bien! Hace cien años también había emoticonos. ¿Crees que los usaban?, jeje.

En sí somos muy parecidas: nacimos en otro país y nos tuvimos que adaptar a la vida en Catalunya. Igual por eso nos entendemos tan bien. Llevo apenas un día con ella y ya me está enseñando cosas. Vivir el momento presente y apreciar el camino son las más importantes. Escribir con ella es muy diferente que escribir en el ordenador. Disfrutas como un niño de cada letra que aparece en el papel y cada cambio de línea que suena con un timbre increíblemente bonito. Y lo que aparece delante de tus ojos está de alguna manera embellecido. Hay también un poco de presión, ya que no se puede borrar lo escrito y de responsabilidad de no teclear cualquier cosa gastando su vida útil en tonterías.

Por eso te quería hablar de la importancia del silencio y del espacio. Los dos son necesarios para poder crear. Curiosamente en este caso aparecen entre el ruido que generan las teclas golpeando el papel a través de la cinta. Puede ser que coge tanto protagonismo que a la mente no le queda otra que callarse y escuchar. A mí personalmente me parece imprescindible. Otras maneras de escribir atraen demasiadas distracciones. Y luego hay otra ventaja, o varias… Una, que al tener que pasar el texto, lo editas mucho mejor y otra que tienes una obra física entre las manos y esto hace de testigo que has trabajado de verdad. Vamos, que todo son ventajas.

     Y la más importante de todas es la inspiración que te llega pensando en los que escribían en ellas. Es probable que sepan unos cuantos secretos y unas cuantas historias de amor. Al final la máquina de escribir es un invento que nació por el amor.  En el año 1808 Giuseppe Pellegrino Turri, el mecánico toscano, se empeñó en encontrar la manera de comunicarse por carta con su amante ciega, Carolina Fantoni. Inventó el papel de calco y lo combinó con un sistema de teclas. En sí hay muchos intentos y personas detrás de la máquina de escribir que conocemos, pero es un inicio muy romántico. Tal y como son estas máquinas y lo que uno consigue crear con ellas. No se tú, pero yo me uno a „typewriter evolution” de Richard Polt y a partir de ahora en mi hogar no faltará ni la magia ni el „ruido” generando el silencio. ¡A escribir se ha dicho! 

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