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EL TEJEDELO

Cuando uno entra en su territorio de inmediato percibe la sensación que está en un sitio sagrado. Muy oscuro, muy místico, como en los cuentos de hadas. Es difícil describirlo con palabras, ya que parece que en el diccionario no las hay suficientes. Los tejos son muy sabios, llevan en la tierra miles de años y su sabiduría se respira, se siente y te llega al corazón. Te emocionas y no sabes muy bien porqué. Si es de la belleza, de la magia, del misterio… Caes bajo el hechizo del Tejedelo y te entran inexplicables ganas de tocarlos y abrazarlos. Empiezas a ver infinitas tonalidades del verde y del bronce, el baile de sus ramas con el paso del tiempo, la magnitud del lugar y lo insignificante que eres.    

     

Asombrada por la belleza del bosque, de repente me di cuenta que estoy allí por algo. Que nuestro encuentro no es accidental. Empecé a caminar despacio entre ellos y me llamó la atención la luz que entraba por un hueco entre las ramas iluminando el suelo. Y allí estaba: “mi” tejo. Majestuoso, increíblemente precioso, mirándolo todo desde arriba. Despertó en mi respeto y admiración. Tenía algunas ramas rotas, pero las heridas le han hecho aún más fuerte y sabio. Gracias a que estaba agarrado a la tierra con sus enormes raíces, nada ni nadie ha podido moverlo en todos estos años.

     

Me dijo que me había elegido para contarme lo que en este momento necesitaba saber. Que me va a proteger y ayudar en la sanación que íbamos a hacer el día siguiente. Me dijo que no estoy sola y siempre puedo contar con su apoyo, el de mis ancestros y de la manada de los lobos. Me sentí muy afortunada de poder conocerle y escucharle a través del silencio. Porque cuando uno esta en silencio, ve mucho más…

     

Gracias Señor Tejo por darme energía y coraje para seguir mi camino. Y por mostrarme la verdad. Y también por dejarme fotografiar (a pesar de tu lado serio), tu parte simpática y graciosa que se puede apreciar en alguna imagen (debajo) en forma de cara sonriente 😉

     

Y tú, mi querido lector, la próxima vez que vayas al bosque, invita al silencio y verás que los árboles te invitarán a un viaje mágico. ¡Cuídate! 

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